Dr. Emanuel Ccopa Apaza – Médico Oncólogo (IREN CENTRO)
En el último siglo la Tierra se ha calentado 0,74°C. Más de la mitad de este aumento se ha producido desde la década de 1970. Este fenómeno del calentamiento global es causado por gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el óxido nitroso, que atrapan la radiación infrarroja del sol en la atmósfera
El aumento de la temperatura podría hacer que los efectos cancerígenos de la Rayos ultra violeta sean aún más letales. Los experimentos con ratones han demostrado que la eficacia cancerígena de la radiación ultravioleta (UV) aumenta en un 5 % por °C, por lo que una elevación a largo plazo de las temperaturas en 3,5 °C aumentaría la carcinogenicidad en un 7,5 %.
La luz ultravioleta se puede subdividir en términos de longitud de onda; La radiación ultravioleta de ‘onda larga’ se conoce como radiación ultravioleta A (UV-A); La UV de ‘onda media’ se conoce como radiación ultravioleta B (UV-B); y la UV de ‘onda corta’ se conoce como radiación ultravioleta C (UV-C). La longitud de onda de la luz es inversamente proporcional a su frecuencia y las frecuencias más altas de luz poseen más energía. Por lo tanto, UV-C transporta la mayor cantidad de energía y es el más dañino para los sistemas biológicos. Mientras que los rayos UV-B causan daños considerables en el ADN de la piel seguido de la UV-A.
La Tierra recibe radiación ultravioleta del sol, toda la UV-C y la mayoría de UV-A y UV-B son filtradas por la capa de ozono. El ozono es una molécula triatómica de oxígeno (O3), que se encuentra principalmente en la estratosfera, que se encuentra aproximadamente entre 10 y 40 km sobre la superficie de la Tierra. El ozono se está regenerando continuamente a partir de O 2 a través del ciclo de ozono-oxígeno dependiente de UV.
Los radicales libres como los átomos de cloro y bromo cambian el ciclo para producir más O 2 que O 3; esto agota la capa de ozono y ha generado daños de los cuales van a tener que pasar varios años para que puedan empezar a corregirse.
El melanoma cutáneo es la forma más grave de cáncer de piel: es responsable de alrededor del 80% de las muertes por cáncer de piel. En los últimos 25 años ha aumentado la incidencia notificada de melanoma maligno. Es probable que esto se deba a una mayor exposición a los rayos UV.
El melanoma es también el tercer cáncer más común entre las personas de 15 a 39 años. La exposición a la radiación ultravioleta, la piel clara, el síndrome del nevo displásico y los antecedentes familiares de melanoma son factores de riesgo importantes para el desarrollo de melanoma. La UV-B parece estar más relacionada con el desarrollo de melanoma que la UV-A. Esto está respaldado por la mayor incidencia de melanoma en las regiones ecuatoriales que en las latitudes más alejadas del ecuador, ya que la radiación UV-B es más intensa en el ecuador, mientras que la intensidad de los rayos UV-A varía menos entre las latitudes.
El melanoma cutáneo generalmente se clasifica en cuatro subtipos histológicos principales: melanoma de extensión superficial, lentigo maligno, melanoma nodular y melanoma lentiginoso acral. el melanoma más frecuente a nivel global y sobre todo en personas de ascendencia europea es el melanoma de extensión superficial que está muy relacionado a la exposición a rayos UV, sin embargo, el melanoma lentiginoso acral representa entre el 1 % y el 8 % de los diagnósticos de melanoma. En México y Perú, países con una historia demográfica compleja con ascendencia europea, africana y nativa americana, el melanoma lentiginoso acral comprende la mayoría de los diagnósticos de melanoma cutáneo.
Estas diferencias en la presentación de este subtipo de melanoma reflejan la compleja etiología de la enfermedad debido a su desarrollo en lugares protegidos del sol, se cree que no está relacionada con la exposición a los rayos UV. Independientemente de su origen biológico, con frecuencia se ha propuesto un antecedente de traumatismo como desencadenante de la ALM, ya que los tumores se desarrollan en áreas del cuerpo que soportan peso o sitios que son muy susceptibles a lesiones mecánicas, como las palmas de las manos y las plantas de los pies.
Esta mayor proporción de melanoma lentiginoso acral no quita de la epidemiologia peruana a los demás tipos de melanoma cutáneo relacionados a la exposición a los rayos UV, por tanto, es importante mantener las sugerencias de cuidados y prevención del cáncer de piel como uso de bloqueador solar, evitar la sobre-exposición al sol, cubrir la mayor parte de la piel de los rayos solares, evitar baños de bronceado con UV, evitar la exposición solar entre las 10.00 a las 16.00 horas del día y acudir a revisiones periódicas de diferentes lunares que puedan tener características de riesgo como tamaño, asimetría, heterogeneidad, ulceraciones, crecimiento etc.
Referencias Bibliográficas:
Bharath, A. K., & Turner, R. J. (2009). Impact of climate change on skin cancer. Journal of the Royal Society of Medicine, 102(6), 215–218. https://doi.org/10.1258/jrsm.2009.080261
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